¡Toma un Mate como un argentino en la playa!
Cuando pensamos en la playa, normalmente nos vienen a la mente sombrillas, bronceadores y algún cóctel con sombrillita. Sin embargo, si has estado alguna vez en una playa de Argentina o Uruguay, sabrás que hay un compañero infaltable: el mate. Sí, esa infusión misteriosa que se toma con una calabaza en la mano y una bombilla en la boca, como si fuera una extensión natural del cuerpo. Hoy te contamos cómo disfrutar un mate en la playa como todo un argentino, con el mismo estilo despreocupado y la misma pasión por el «ritual» que los caracteriza.
Primero lo primero: ¿Qué es el mate y por qué llevarlo a la playa?
El mate no es solo una bebida, es casi un estilo de vida. Para los argentinos (y uruguayos, que tampoco se quedan atrás), el mate es una excusa para cualquier cosa: para sentarse en la playa y no moverse durante horas, para hacerse amigos nuevos, o incluso para hacer una pausa en el medio de la nada y filosofar sobre la vida (porque sí, esas cosas pasan cuando te dan demasiada cafeína natural).
En la playa, el mate cumple varias funciones. Por un lado, te mantiene hidratado (aunque algunos te dirán que «seca la boca», pero eso es parte de la experiencia). Por otro, es un gran rompehielos: ¿Cuántas veces has visto a alguien pasar y soltar un «¿Me das un matecito?»? Es como si fuera la versión playera del «¿Tienes fuego?» en los bares.
Paso 1: El equipo necesario para matear en la playa
Si vas a hacer esto bien, necesitas el equipo completo: la calabaza, la bombilla, la yerba mate y, por supuesto, el termo. Aquí no vale improvisar. Te voy a dar un consejo: los termos baratos no son tus amigos en la playa. Se calientan al sol y en vez de agua caliente para el mate, terminas con agua tibia. Y eso, amigos, es un pecado casi imperdonable. Si quieres evitar miradas de desaprobación de los argentinos cercanos, consigue un buen termo con acero inoxidable que mantenga el agua en el punto justo.
La calabaza es otro detalle importante. Aquí puedes ser purista y usar una de madera o de calabaza tradicional, pero si no te quieres complicar con el «cuidado» (sí, las calabazas necesitan ser curadas y mimadas), existen versiones de vidrio o metal que son aptas para principiantes. Al final del día, lo importante es que el mate fluya. ¡Y que la bombilla no se tape! Eso sí, lleva una bombilla de repuesto… porque nunca se sabe.
Paso 2: ¿Qué yerba elegir? El dilema eterno
Aquí viene la pregunta que define si realmente eres un «experto» o solo un turista curioso: ¿Qué tipo de yerba usas? Argentina, Uruguay, Brasil, ¿con palo o sin palo? Si te sientes abrumado por las opciones, no te preocupes. La Guía Universal del Mate tiene un capítulo entero dedicado a ayudarte a encontrar la yerba ideal para ti. Pero aquí te va un adelanto rápido:
- Con palo: Más suave y común en Argentina. Ideal para principiantes.
- Sin palo: Más fuerte y típico en Uruguay. Si estás en la playa con uruguayos, usa esta para ganar puntos.
- Saborizada: Sí, existen yerbas con sabor a limón, menta y hasta chocolate. No son tradicionales, pero en la playa, ¡todo vale!
Paso 3: El agua caliente: la clave del mate perfecto
Si crees que la temperatura del agua no importa, permíteme corregirte: importa muchísimo. Un buen mate se ceba con agua entre 70 y 80 grados. Si está más caliente, quema la yerba y si está fría… bueno, ya lo dijimos antes: es un pecado.
Aquí va un truco práctico: lleva el agua caliente desde casa, así no dependes de algún quiosco que te quiera cobrar una fortuna por llenarte el termo. Además, así garantizas que el agua se mantenga en el rango perfecto.
Paso 4: Cómo compartir el mate sin errores fatales
El mate se comparte, eso está claro. Pero hay reglas no escritas que todo mateador debe seguir. Por ejemplo: no te pongas a mover la bombilla, eso es considerado un sacrilegio. Y, por favor, si te toca cebar, aprende a hacerlo bien, distribuyendo el agua sobre la yerba de manera uniforme. Si quieres aprender más sobre «la ronda de mate» y evitar miradas reprobatorias, te recomiendo que eches un vistazo al libro, que te desvela todos los secretos de esta tradición sudamericana.
Mate en la playa: un ritual moderno con sabor a tradición
Puede que el mate haya sido una bebida de los gauchos en el campo, pero la verdad es que encaja perfectamente en la playa. La imagen de alguien con los pies en la arena, una calabaza en la mano y el termo al lado es casi tan típica como la sombrilla. Además, el mate es la excusa perfecta para quedarte charlando durante horas, porque, seamos sinceros, un mate no se toma en cinco minutos. ¡Así que relájate y disfruta del momento!
Bonus: Algunas variantes que puedes probar en la playa
Si hace mucho calor, no tienes que sufrir. Prueba el tereré, que es básicamente mate frío, pero con agua helada o jugo. También puedes agregarle un toque de limón o unas hojitas de menta para darle un sabor fresco. Y si eres de los que les gusta experimentar, algunos hasta le ponen una gotita de miel o jengibre.
El libro La Guía Universal del Mate dedica un apartado completo a estas variaciones para que puedas sorprender a tus amigos con alternativas creativas.
¿Listo para matear como un argentino en la playa?
El mate es más que una bebida; es una forma de compartir y disfrutar del momento. Si quieres llevar esta experiencia al siguiente nivel y aprender todos los detalles, La Guía Universal del Mate es el libro que estabas esperando. Con un enfoque práctico y entretenido, descubrirás que matear es mucho más que calentar agua y echarla en una calabaza.
Así que, la próxima vez que vayas a la playa, ¡no olvides tu mate y tu termo! Porque si algo sabemos, es que una tarde de playa se disfruta mucho más con un buen mate en la mano.